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Microplásticos en el ecosistema: una amenaza creciente

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Las partículas microplásticas son pequeñas piezas de plástico, normalmente de un tamaño inferior a 5 milímetros de diámetro, que han generado inquietud en lo referente al medio ambiente y a la salud pública en los últimos años. Estos fragmentos surgen tanto de la descomposición de objetos plásticos grandes como de artículos elaborados específicamente con microplásticos, como algunos cosméticos y productos de aseo.

Origen de los microplásticos

Los microplásticos se dividen en dos grupos principales:

  1. Microplásticos primarios: Son partículas diminutas que se crean específicamente para productos como exfoliantes faciales, pastas dentales y algunos productos de limpieza. También abarcan las fibras liberadas de la ropa sintética cuando se lava y las partículas generadas por el desgaste de los neumáticos al conducir. Se considera que comprenden entre el 15% y el 31% de los microplásticos en los mares.
  2. Microplásticos secundarios: Aparecen por la descomposición de objetos plásticos más grandes, como bolsas, botellas o redes de pesca, a causa de la exposición a condiciones ambientales como la luz solar y el impacto mecánico de las olas. Estos constituyen entre el 69% y el 81% de los microplásticos hallados en los mares.

Impacto en el entorno natural

La omnipresencia de los microplásticos es preocupante. Han sido hallados en una variedad de lugares, desde las partes más profundas de los océanos hasta las cimas de las montañas más elevadas. Investigaciones han detectado microplásticos en alimentos como la miel, el azúcar y la sal, además de en el agua potable, ya sea embotellada o del grifo. Un estudio mostró que el agua embotellada puede albergar hasta 241 partículas de microplásticos por litro.

La ubicuidad de los microplásticos es alarmante. Se han detectado en diversos entornos, desde las profundidades oceánicas hasta las cumbres montañosas más altas. Estudios han encontrado microplásticos en alimentos como miel, azúcar y sal, así como en el agua potable, tanto embotellada como de grifo. Un análisis reveló que el agua embotellada puede contener hasta 241 partículas de microplásticos por litro.

Efectos en la salud de humanos y animales

La ingesta e inhalación de microplásticos generan preocupaciones importantes para la salud. En los animales marinos, consumir estas partículas puede causar bloqueos intestinales, disminuir la alimentación y provocar cambios en el comportamiento. Además, los microplásticos pueden funcionar como transportadores de sustancias químicas contaminantes y patógenos, aumentando su toxicidad.

La ingestión e inhalación de microplásticos plantean preocupaciones significativas para la salud. En la fauna marina, la ingestión de estas partículas puede provocar obstrucciones intestinales, reducción de la ingesta de alimentos y alteraciones en el comportamiento. Además, los microplásticos pueden actuar como vectores de contaminantes químicos y patógenos, amplificando su toxicidad.

Las partículas más diminutas, en particular las nanoplásticas, pueden atravesar barreras biológicas e ingresar al flujo sanguíneo, lo cual podría desencadenar respuestas inflamatorias, estrés oxidativo y otros efectos negativos. Asimismo, muchos microplásticos poseen aditivos químicos, como bisfenol A y ftalatos, reconocidos por sus propiedades disruptivas endocrinas y posibles efectos cancerígenos.

Las partículas más pequeñas, especialmente las nanoplásticas, tienen la capacidad de penetrar barreras biológicas y entrar en el torrente sanguíneo, lo que podría llevar a respuestas inflamatorias, estrés oxidativo y otros efectos adversos. Además, muchos microplásticos contienen aditivos químicos, como bisfenol A y ftalatos, que son conocidos por sus efectos disruptores endocrinos y potenciales carcinogénicos.

Enfrentar el problema de los microplásticos demanda un enfoque integral que incluya a gobiernos, industrias y consumidores. Algunas medidas importantes son:

Abordar la problemática de los microplásticos requiere un enfoque multifacético que involucre a gobiernos, industrias y consumidores. Algunas acciones clave incluyen:

  • Reducción del uso de plásticos de un solo uso: Implementar políticas que limiten o prohíban productos como bolsas, pajillas y utensilios de plástico desechables.
  • Fomento del reciclaje y economía circular: Promover prácticas que reduzcan la producción de residuos plásticos y fomenten la reutilización y el reciclaje.
  • Desarrollo de alternativas biodegradables: Incentivar la investigación y el uso de materiales que se degraden de manera segura en el medio ambiente.
  • Educación y concienciación pública: Informar a la población sobre los riesgos asociados con los microplásticos y las prácticas que pueden reducir su liberación al medio ambiente.
  • Mejora de las infraestructuras de tratamiento de aguas residuales: Actualizar las plantas de tratamiento para capturar eficazmente las partículas microplásticas antes de que lleguen a cuerpos de agua naturales.

Además, es esencial que la comunidad científica continúe investigando los efectos de los microplásticos en la salud humana y los ecosistemas para desarrollar estrategias de mitigación más efectivas.

Por Otilia Adame Luevano

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