Un hallazgo reciente de fósiles en ámbar ha revelado una sorprendente y ancestral conexión entre los insectos y los hongos parásitos, conocidos como «hongos zombis». Dos insectos, una mosca junto con una hormiga, han quedado preservados dentro de una gota de ámbar de hace 99 millones de años, justo en el momento en que estaban siendo invadidos por un hongo similar a los presentes en la popular serie de televisión The Last of Us. Este descubrimiento no solo proporciona detalles sobre los ecosistemas del Cretácico, sino que también abre nuevas oportunidades para entender la evolución de los hongos parásitos y cómo interactúan con los insectos.
En el artículo aparecido en la publicación Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, los científicos descubrieron dos especies antiguas pertenecientes al género Ophiocordyceps, un hongo conocido por sus capacidades para convertir en zombis a los insectos. Estos hongos parásitos, que funcionan como cazadores de insectos, son capaces de alterar su comportamiento y, en última instancia, acabar con ellos. El descubrimiento indica que los ecosistemas terrestres ya tenían un alto nivel de complejidad hace millones de años, mucho antes de que los seres humanos existieran.
La conexión entre el hongo Ophiocordyceps y los insectos antiguos
Los hongos del género Ophiocordyceps son conocidos por su capacidad para controlar el comportamiento de sus huéspedes, como hormigas, moscas y otros insectos. Este fenómeno fue el principal motor detrás de la trama de The Last of Us, en la que los humanos son infectados por un hongo de este tipo. El descubrimiento de estos fósiles ofrece un vistazo fascinante a cómo estos hongos actuaban en el Cretácico, afectando a los insectos de manera similar a como lo hacen los hongos parásitos modernos.
El grupo de científicos que llevó a cabo la investigación, liderado por Yuhui Zhuang de la Universidad de Yunnan, encontró dos especies de hongos previamente desconocidas, Paleoophiocordyceps gerontoformicae y Paleoophiocordyceps ironomyiae, a partir de los restos fósiles de una mosca y una hormiga que estaban infectadas. Durante el análisis de los insectos, los investigadores lograron identificar cómo el hongo había invadido sus organismos, transformándolos antes de que quedaran encapsulados en la resina de los árboles, proceso que culminó en la creación del ámbar.
Aunque las hormigas son actualmente uno de los principales objetivos de los hongos parásitos, este descubrimiento también es significativo porque muestra cómo otros insectos, como las moscas, también pudieron haber sido afectados por estos hongos en épocas prehistóricas. Los hallazgos sugieren que los hongos Ophiocordyceps ya tenían un impacto significativo en las poblaciones de insectos durante el Cretácico, lo que subraya la complejidad de los ecosistemas de esa época.
La relevancia de los hongos parásitos en la historia de la Tierra
El descubrimiento de estos fósiles aporta una valiosa información sobre la interacción de los hongos y los insectos en la antigüedad. Los hongos parásitos no solo afectaban el comportamiento de los insectos, sino que también desempeñaban un papel crucial en la regulación de las poblaciones de estos animales. Esta interacción puede haber ayudado a modelar los ecosistemas terrestres, de forma similar a cómo los depredadores y parásitos en la actualidad influyen en las poblaciones de diversas especies.
«El hallazgo de estos fósiles indica que los sistemas ecológicos de la tierra eran más variados de lo que pensábamos», dijo Zhuang. «Estos hongos pueden haber jugado un papel en regular las poblaciones de algunos insectos, funcionando como depredadores de manera similar a los actuales hongos Ophiocordyceps.»
El análisis resalta también la relevancia de los fósiles de ámbar en el ámbito de la paleontología. Dichos fósiles no solo mantienen a los insectos con un nivel de detalle excepcional, sino que también conservan las interacciones ecológicas entre diversas especies, lo cual facilita a los científicos comprender de manera más profunda las relaciones entre organismos prehistóricos.
El impacto de este hallazgo en el estudio de la evolución de los parásitos
Este descubrimiento es relevante no solo por su contribución a la comprensión de los ecosistemas del pasado, sino también por su valor en el estudio de la evolución de los hongos parásitos. Los hongos Ophiocordyceps modernos son conocidos por su capacidad para zombificar a los insectos, un fenómeno que ha intrigado a los científicos durante años. El hecho de que estos hongos ya estuvieran presentes en el Cretácico y afectaran a insectos prehistóricos sugiere que estos parásitos tienen una larga historia evolutiva, lo que abre nuevas vías para el estudio de su evolución y sus efectos en los ecosistemas a lo largo del tiempo.
Este descubrimiento es relevante ya que evidencia que la asociación entre los hongos parásitos y los insectos tiene un pasado evolutivo extenso», expresó João Araújo, quien colaboró en el estudio. «A pesar de que no comprendemos con precisión la evolución de estos hongos, estos fósiles nos proporcionan indicios clave sobre su desarrollo y su función en el control de las poblaciones de insectos».
Una mirada al pasado que esclarece el presente
El descubrimiento de estos fósiles de ámbar proporciona una visión intrigante sobre la interacción entre los hongos parásitos y los insectos en tiempos antiguos. Este hallazgo no solo ofrece información valiosa acerca de los ecosistemas del período Cretácico, sino que también abre nuevas vías de investigación sobre la evolución de los hongos Ophiocordyceps y su efecto en la biodiversidad. En un contexto más amplio, esta investigación resalta la relevancia de los fósiles de ámbar como herramientas para entender mejor la historia natural de la Tierra y cómo los parásitos y depredadores han influido en los ecosistemas a lo largo de millones de años.